En este artículo se presentan datos del seguimiento longitudinal realizado a 96 mujeres y hombres durante su transición a la maternidad y la paternidad. Los resultados muestran, en tendencias centrales, un cierto deterioro de la relación conyugal tras la llegada de un bebé y al mismo tiempo, que existe una importante variabilidad entre los procesos experimentados por unas parejas y otras. El apoyo emocional recibido del cónyuge, la implicación paterna en las tareas de cuidado del bebé y la satisfacción con el reparto de tareas domésticas parecen ser las factores que explican -en distinta medida para hombres y mujeres- las diferencias existentes en la evolución de la relaciones conyugales durante la transición a la paternidad y la maternidad.