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La anisocronía de una secuencia de estímulos se ha manipulado paramétricamente para investigar si la sincronización rítmica es más potente en la modalidad auditiva que en la visual (Experimento 1), y si esta depende de procesos de la atención de tipo arriba-abajo (Experimento 2). En el Experimento 1, los participantes tenían que responder lo más rápido posible ante un estímulo objetivo presentado después de una secuencia de estímulos que podían ser visuales o auditivos. La anisocronía de esta secuencia era manipulada paramétricamente en lugar de siguiendo un procedimiento discreto del tipo "todo o nada"; es decir, la anisocronía podía variar en un rango de pequeñas a mayores desviaciones (0, 10, 20, 50, 100, 150 y 200 ms). Los patrones resultantes de la sincronización rítmica fueron comparados para las modalidades auditiva y visual. Los resultados mostraron un pico de sincronización para las condiciones de isocronía y las condiciones de anisocronía que tenían hasta un máximo de 50 ms de desviación (es decir, los participantes respondían igual de rápido para las condiciones de desviación 0, 10, 20 y 50 ms), lo cual sugiere que las secuencias anisócronas también pueden producir sincronización rítmica. A partir de esta ventana de sincronización, los tiempos de reacción fueron progresivamente más altos. Sorprendentemente, no encontramos diferencias en los patrones de sincronización entre los ritmos auditivos y los visuales.En el Experimento 2, utilizamos una metodología de tarea dual mediante la inclusión de una tarea n-back de memoria de trabajo al procedimiento del Experimento 1. Los resultados no mostraron una interferencia de la tarea secundaria ni en la modalidad auditiva ni en la visual, pues los participantes mostraron el mismo patrón de sincronización que en el Experimento 1. Estos resultados sugieren que la sincronización rítmica constituye un proceso cognitivo que beneficia el comportamiento, que ocurre por defecto (automáticamente), independientemente de la modalidad por la que se presenten los estímulos, y que es independiente de procesos “arriba-abajo” de la atención.
Abstract The anisochrony of a stimulus sequence was manipulated parametrically to investigate whether rhythmic entrainment is stronger in the auditory modality than in the visual modality (Experiment 1), and whether it relies on top-down attention (Experiment 2). In Experiment 1, participants had to respond as quickly as possible to a target presented after a sequence of either visual or auditory stimuli. The anisochrony of this sequence was manipulated parametrically, rather than in an all or none fashion; that is, it could range from smaller to larger deviations of the isochrony (0, 10, 20, 50, 100, 150 and 200 ms). We compared rhythmic entrainment patterns for auditory and visual modalities. Results showed a peak of entrainment for both isochrony and deviations of isochrony up to 50 ms (i.e., participants were equally fast both after the isochronous sequences and after 10, 20 and 50 ms deviations), suggesting that anisochronous sequences can also produce entrainment. Beyond this entrainment window, the reaction times became progressively slower. Surprisingly, no differences were found between the entrainment patterns for auditory and visual rhythms. In Experiment 2, we used a dual-task methodology by adding a working memory n-back task to the procedure of Experiment 1. Results did not show interference of the secondary task in either auditory or visual modalities, with participants showing the same entrainment pattern as in Experiment 1. These results suggest that rhythmic entrainment constitutes a cognitive process that occurs by default (automatically), regardless of the modality in which the stimuli are presented, and independent of top-down attention, to generate behavioural benefits.
