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A partir de un relato mítico, tomado como modelo que ayude a conocer la realidad psíquica, y sobre la base de las ideas de Meltzer referidas a la construcción del objeto interno, se conjetura, a fin de ampliar la descripción del fenómeno onírico, que los sueños son una de las formas en que los objetos internos comunican con el self y habilitan al individuo al conocimiento sobre sí mismo. La identificación proyectiva al servicio de la imaginación creativa, o el recurso a la identificación intrusiva al servicio de la omnisciencia por intolerancia a la separación o al impacto estético del objeto, sugieren al autor describir dos tipos de sueños: los verdaderamente creativos, en los que se permite que el objeto destile su conocimiento al self, y los extraídos intrusivamente del objeto, delatables por su contenido claustrofóbico, su apego a la vigilia y contenido masturbatorio. Se ilustra con un fragmento clínico.
