Salamanca, España
La satisfacción vital es un importante indicador del bienestar subjetivo en enfermos crónicos. En este trabajo se recurre al modelo sociocognitivo de salud para analizar las variables psicosociales que influyen en la satisfacción vital. Se plantea un modelo explicativo en el que la satisfacción vital está determinada por el estrés experimentado, el sentimiento de eficacia para afrontar las dificultades derivadas de la enfermedad y la percepción de autonomía personal. Se desarrolló un diseño transversal con una muestra de 64 personas que padecían enfermedades crónicas. Se contactó con los enfermos a través de asociaciones de salud y se administró un cuestionario. Se constata que el estrés y la autoeficacia de afrontamiento son determinantes directos y significativos de la satisfacción. En este sentido, los participantes que se perciben con menos estrés y con más capacidad de afrontamiento experimentan más satisfacción en la vida. Los que tienen mayor capacidad de afrontamiento son los que sienten menos estrés. La autonomía funcional, menor en las mujeres que en los hombres, condiciona indirectamente la satisfacción, a través del estrés y la autoeficacia de afrontamiento, de forma que cuanto menor es la autonomía percibida mayor es el estrés percibido y menor la eficacia de afrontamiento. El modelo planteado explica el 35% de la satisfacción vital. Los resultados reflejan la necesidad de enseñar estrategias cognitivas para afrontar la enfermedad y de capacitar al enfermo para tener mayor autonomía funcional y menor dependencia del entorno social.
Life satisfaction is an important indicator of subjective well-being in chronic patients. In this paper, the sociocognitive health model is used to analyze the psychosocial variables that influence life satisfaction. An explanatory model is proposed in which life satisfaction is determined by the stress experienced, the feeling of efficacy to face the difficulties derived from the disease and the perception of personal autonomy. A transversal design was developed with a sample of 64 people suffering from chronic diseases. The patients were contacted through health associations and a questionnaire was administered. It is found that stress and coping self-efficacy are direct and significant determinants of satisfaction. In this sense, participants who perceive themselves to be less stressed and more able to cope experience more satisfaction in life. Those who are more coping are those who feel less stress. Functional autonomy, lower in women than in men, indirectly conditions satisfaction, through stress and coping self-efficacy, so that the lower the perceived autonomy, the greater the perceived stress and the less the coping efficiency. The proposed model explains 35% of life satisfaction. The results reflect the need to train cognitive strategies to cope with the disease and to train the patient to have greater functional autonomy and less dependence on the social environment.