Introducción. Existe en el trastorno por déficit de atención con o sin hiperactividad (TDAH) una dificultad para dirigir las emociones para resolver retos o problemas. Esta alteración en la autorregulación emocional implica mayor discapacidad que las atribuidas a las dos dimensiones tradicionales, déficit de atención e hiperactividad, con un impacto notorio sobre el desarrollo de la personalidad.
Objetivo. Revisar cómo la confluencia de pobres habilidades de autorregulación, conciencia y autonomía emocional, y un perfil de temperamento determinado potencian el riesgo de los niños diagnosticados con TDAH para el desarrollo de una diversidad de problemas de ajuste en la infancia y la adolescencia.
Desarrollo. El perfil temperamental típico de los niños con TDAH se caracteriza por una alta reactividad emocional y pobres habilidades de autorregulación. Los efectos de la interacción de la emocionalidad y el temperamento en el TDAH pueden ser directos en el propio niño o indirectos sobre el entorno, de interacción por encaje o desajuste con las expectativas ambientales y transaccionales por su relación dinámica con otras características del entorno del menor.
Conclusiones. La confluencia de pobres habilidades de autorregulación, conciencia y autonomía emocional, y un perfil de temperamento con una búsqueda de la novedad más elevada y persistencia más baja potencian el riesgo de los niños diagnosticados con TDAH para el desarrollo de una serie de problemas de ajuste y adaptación en la infancia y la adolescencia.