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Madrid, España
La fobia a la sangre-heridas tienen unas características específicas que hacen difícil poder llevar a cabo el tratamiento habitual de una fobia específica, el uso de procedimientos de exposición, dada la frecuente aparición de desmayos tras la presencia de los estímulos fóbicos. El desarrollo de modelos explicativos del problema ha orientado las posibilidades de intervención terapéutica en dos direcciones, bien conseguir que no se produzca una activación simpática tan intensa como para que produzca la respuesta vasovagal que facilita el desmayo, bien utilizar maniobras, como la de tensión muscular, para reducir o anular esta respuesta vasovagal. En el presente artículo se presenta el tratamiento de un caso de fobia a la sangre-heridas, utilizando exposición, técnicas de control de la activación, exposición imaginaria y real, así como otras estrategias de afrontamiento de corte más cognitivo, como autoinstrucciones y detención de pensamiento. Tras 11 sesiones de tratamiento desapareció totalmente la respuesta condicionada de mareo/desmayo ante los estímulos fóbIcos, a la vez que la paciente desarrolló un adecuado repertorio conductual de afrontamiento a las situaciones temidas. Los resultados se mantienen en el seguimiento a los 18 meses
