Kaija Seppa
Objetivo: los esfuerzos previos para el tratamiento de los conductores que conducen bajo los efectos de alcohol (CBEA) han fracasado en Finlandia. Hoy en día, basado en la directriz de la UE, el conductor que conduce bajo el efecto del alcohol frecuentemente requiere un certificado médico referente a su capacidad para conducir un vehículo en relación a su adicción a las drogas antes de recuperar su carnet de conducir. Se consideró esto último como una posibilidad a nivel nacional para reducir la conducción bajo el efecto del alcohol y también reducir el abuso de sustancias adictivas. Con el apoyo del Ministerio de Bienestar Social y Salud, hemos empezado la colaboración con la policía, la atención primaria, el Hospital Universitario, y la Clínica-A en la cuidad de Tampere. Material y métodos: todos los conductores que conducen bajo el efecto del alcohol (concentración de alcohol en sangre >= 0,05 por ciento), y que son detenidos por la policía dos veces durante los tres últimos años o una vez si tienen su primer carnet de conducir, que es válido durante dos años (suelen ser conductores jóvenes) o si conducen bajo el efecto de drogas, la policía les enviará para que sean evaluados. Todos necesitan un certificado médico sobre su adicción para recuperar su carnet de conducir después de cumplir la pena. Resultados: la evaluación y el tratamiento de los conductores que conduzcan bajo los efectos del alcohol incluyen 6-7 visitas y la duración del tratamiento y la evaluación se ajusta con la duración de la pena (aproximadamente 6-7 meses). Hasta la fecha, 255 conductores ebrios, el 80% de los remitidos por la policía, se han puesto en contacto para su evaluación en Tampere. Las primeras experiencias han sido positivas. Conclusiones: El futuro demostrará si la reincidencia de CBEA y los accidentes de tráfico disminuirán como consecuencia del tratamiento (conocimiento, motivación, habilidad, tratamiento individual y en grupo).
Objective: earlier the efforts to treat drunken drivers have been unsuccessful in Finland. Nowadays, based on the EU directive, the drunken driver often needs physician's certificate concerning his/her ability to drive a vehicle in relation to substance dependence before getting his/her driving licence back. This was considered as a national possibility to reduce drunk driving and wider, to reduce substance abuse. With support of the Ministry of Social Welfare and Health we have started collaboration with Police, Primary Health Care, University Hospital and A-Clinic in the city of Tampere. Material and methods: all drunken drivers stopped in traffic (BAC >= 0.05 per cent) twice during the past three years or once, if they are having their first driving licence permitted for two years (usually young drivers), or if they are driving under the influence of drugs, are referred by police to assessment. They all need a physician's certificate on dependence in order to get their driving licence back after the penalty. Results: assessment and treatment of the drunken drivers includes 6-7 visits and the length of the treatment/assessment is harmonised with the length of the penalty (approximately 6-7 months). Hitherto, 255 drunken drivers, 80% of those referred by police, have been reached for the assessment in Tampere. The first experiences have been positive. Conclusions: future shows if recidivism of DUI and traffic crashes will be reduced as a consequence of the treatment (knowledge, motivation, skills, individual and group treatment).