La inclusión como principio de atención a la diversidad se fundamenta en el diseño para todas y todos y la accesibilidad universal como ejes tractores de la organización educativa en nuestra comunidad. Desde esta perspectiva la diversidad es un elemento de enriquecimiento social que sustenta los valores democráticos europeos sobre los que construir una ciudadanía activa, responsable y libre. Trabajar por una escuela inclusiva es trabajar por una sociedad inclusiva aportando los recursos organizativos, materiales y humanos para garantizar que todo el alumnado (incluido aquel con TEA) desarrolla al máximo su proyecto vital (profesional y personal). Una respuesta sistémica, integral y equitativa.