Virginia Eubanks
Algunos programas de lucha contra la pobreza ya han comenzado a usar algoritmos automatizados para determinar quiénes deberían recibir ayudas públicas.
Pero la pobreza no es solo cuestión de datos. Si no se atacan los problemas de base, tales métodos pueden incurrir en sesgos sistemáticos que aumenten aún más la desigualdad.