Los moluscos construyen sus complejos caparazones con precisión matemática. Los modelos matemáticos revelan que estas criaturas solo han de seguir unas pocas reglas sencillas para producir esas elaboradas formas. Estos hallazgos permiten dilucidar cuántas especies de moluscos no emparentadas han generado de manera independiente conchas con formas similares a lo largo de la evolución.