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Salvo en círculos muy limitados, la obra del canónigo gallego Amor Ruibal (Porranes, Pontevedra, 1869 - Santiago de Compostela, 1930) es prácticamente desconocida. Tras su ordenación sacerdotal en 1895, estuvo en la Universidad Gregoriana en Roma, incorporándose después a la Universidad Pontificia de Santiago donde hasta su muerte se dedicó a la docencia y al estudio. Todos sus trabajos los hizo en solitario y tampoco tuvo discípulos ; autodidacta e independiente, a su muerte a los 61 años, a consecuencia de las lesiones causadas al ser atropellado por una bicicleta, deja una obra, amplísima, profunda e inconclusa, que se extiende desde la lingüística, el derecho, la filosofía y la teología. La obra ruibaliana: Fue un profundo conocedor de las lenguas orientales, árabe, siríaco, persa y copto, y su trabajo Gramática sirio-caldea (1890) recibió el primer premio en el certamen de Berlín. Su obra cumbre es Los problemas fundamentales de la filosofía y el dogma, en total once volúmenes, el último publicado con el título Cuatro manuscritos inéditos (Madrid, 1964). Sus planteamientos filosóficos que parten de una intuición del universo como totalidad, integrando sustancias, accidentes, categorías, etc., en el principio universal de la relación lo expresa en un postulado: El universo no es más que un sistema de seres en relación, como cada ser sensible no es sino un sistema de elementos primarios relativos. Por tanto, cada ser individual y concreto no es más que el entramado resultante de un conjunto de relaciones (Abellán)
