F. Molins, M.A. Serrano
Introducción. La teoría prospectiva de Kahneman y Tversky se ha convertido en el modelo principal para el estudio de la toma de decisiones. Uno de sus pilares, el sesgo de aversión a las pérdidas (mayor sensibilidad a las pérdidas que a las ganancias), se ha evidenciado desde el punto de vista conductual.
Objetivo. Analizar las evidencias aportadas desde la neuroeconomía y comprobar si son consistentes con la existencia de un mecanismo neural de aversión a las pérdidas.
Pacientes y métodos. Se ha llevado a cabo una revisión sistemática siguiendo las directrices PRISMA de los estudios empíricos encontrados en PubMed y ScienceDirect, incluyendo un total de 18 estudios. Resultados y conclusiones. Los resultados señalan consistentemente la implicación en este sesgo de dos sistemas neurales opuestos: uno apetitivo, que involucra al estriado y a las regiones frontales, y uno aversivo, que involucra a la amígdala y a la ínsula, que interactúan entre ellos a la hora de tomar una decisión en diferentes apuestas monetarias y muestran una mayor sensibilidad hacia las pérdidas. Si bien todavía no está claro su funcionamiento, lo que sí parece evidente es que la consistente implicación de estas estructuras constituye un apoyo a la teoría prospectiva y al enfoque de racionalidad limitada.