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Se presenta un ensayo sociohistórico en donde se explora el significado del trabajo, la economía de la cooperación social, la mente prometeica, el advenimiento de la razón y la era de la producción mecanizada. Se distinguen dos tipos de sociedades industriales mecanizadas: las neocapitalistas y las socialistas de estado. La cultura se define como un sistema de acción social, la cual deriva de un sistema de conocimiento que media en la relación dialéctica entre el individuo y la sociedad. Se sostiene que en las sociedades preindustriales, las creencias relativas a las condiciones básicas de existencia preceden a las ideas, mientras que en las sociedades industriales las ideas devienen primordiales, adquiriendo relativa independencia con respecto a las creencias. Dicho proceso se ha contemplado asimismo como el tránsito de la ignorancia, la irracionalidad y la superstición a un sistema racional y empírico, cambio que viene marcado por importantes transformaciones socioculturales. La crisis que en las sociedades modernas afecta a la familia, la iglesia y la universidad sería así consecuencia de la ?inversión de la estructura cultural? que implica el proceso aludido. Los movimientos contraculturales anarquistas o románticos serían pues manifestaciones de una bifurcación cultural que trataría de establecer las creencias de épocas previas. La situación resultante es pues de anomia, en la cual los grupos y los movimientos sociales afrontan las incertidumbres que empañan códigos y normas morales. Mientras que exista bifurcación cultural, la situación de anomia permanece irresuelta. Sólo una reintegración de ideas y creencias podría reestablecer el equilibrio entre corrientes culturales
