Los comportamientos de engaño suelen relacionarse con la intencionalidad y la conciencia, aunque desde una perspectiva evolutiva amplia puede apreciarse que el engaño es una estrategia evolutiva bastante antigua. En este artículo se discutirá en qué medida los engaños que producen los seres humanos y algunos otros primates pueden entenderse como el producto de una competencia básica para atribuir mente a los demás y no a uno mismo. El criterio más aceptado para determinar si un organismo posee tal capacidad mentalista es que demuestre la comprensión de las creencias falsas.
Las situaciones de engaño en las que se crean deliberadamente creencias falsas en otros para conseguir beneficios cumplen teóricamente bien los criterios de mentalismo que los humanos alcanzan hacia la edad de cuatro años y medio. En otros primates, no se ha demostrado experimentalmente con claridad la comprensión de las creencias falsas. Sin embargo, si atendemos a los datos de observación naturalista vemos numerosos comportamientos de engaño tanto en algunos primates no humanos como en niños menores de cuatro años. ¿Son estos engaños el producto de una teoría de la mente? ¿De una capacidad mentalista previa? ¿Qué otros estados mentales estarían implicados? Tras una revisión crítica de los trabajos que nos proporcionan estos datos, se discutirá el papel de la manipulación y detección de intenciones como un proceso anterior a la manipulación de creencias falsas y las implicaciones que esta postura tiene para la consideración evolutiva de la capacidad mental.
Deceptive behaviours are usually related to intentionality and consciousness. But in an evolutionary wide scope it can be said that deception is an ancient adaptative strategy. Here we will discuss to what extent some human and other primate deceptions could be considered as a byproduct of a basic mentalistic competence. The consensual criterium in order to establish if an organism has such a mentalistic competence is understanding false beliefs. Four-year-old children fulfil this criterium. There is not enough experimental evidence yet for stating that other non-human primates have such an understanding. But considering observational evidence in natural enviroments, several deceptive behaviours can be appreciated; they are performed both by children younger than 4 years of age and by other primates. Are these deceptions caused either by a theory of mind or by a previous mentalistic competence? Which other mental states could they imply? After a detailed review of the studies which provide such experimental and observational data, we will discuss the role of detecting and manipulating intentions as a process which precedes the manipulation and attribution of beliefs and we will consider the developmental implications of this thesis in understanding mentalistic competence