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Oviedo, España
La prevención de la violencia en la pareja (IPV) exige un tratamiento efectivo de los agresores. Aunque la psicopatía parece ser una variable clave para el éxito del tratamiento, poco se sabe sobre el rol de la psicopatía entre agresores de pareja. Se ha realizado una revisión sistemática de artículos empíricos cuantitativos (N = 41) sobre la relación entre psicopatía y la comisión de IPV. En general, los resultados apoyaron el rol de la psicopatía como un fuerte predictor de IPV, tanto entre agresores de pareja condenados como no condenados. Los agresores de pareja no parecen ser un grupo homogéneo en términos de psicopatía. La existencia de un subtipo de agresor consistente con el psicópata de éxito y sus implicaciones para el tratamiento deberían ser estudiadas en profundidad. Aunque la psicopatía parece ser una variable útil para predecir la frecuencia de IPV, este constructo parece fallar a la hora de predecir la gravedad de IPV. Se necesita más investigación para clarificar el rol de la psicopatía en la evaluación del riesgo de IPV. Se han detectado deficiencias metodológicas, principalmente relacionadas con la medición de la psicopatía. Se recomiendan instrumentos de evaluación alternativos, los cuales excluyan la criminalidad/antisocialidad como criterio diagnóstico.
Preventing intimate partner violence (IPV) requires effective batterer intervention programs. Although psychopathy seems to be a key variable for successful treatment, little is known about the role of psychopathic traits among male IPV perpetrators. Therefore, a systematic review of all empirical quantitative studies (N = 41) on the relationship between psychopathic traits and male-to-female IPV perpetration was carried out. Overall, the findings from these studies supported the role of psychopathy as a robust predictor of male-tofemale IPV perpetration among both convicted and non-convicted partner-violent men. Male batterers do not seem to be a homogeneous group in terms of their psychopathic traits. The existence of a batterer subtype consistent with successful psychopathy and its implications for treatment outcomes should be further examined. Although psychopathy seems to be a useful variable to predict frequency of IPV (and then, IPV recidivism), this construct seems to fail to predict IPV severity. Further research is necessary to clarify the role of psychopathic traits on IPV risk assessment. Methodological deficiencies, mainly related to psychopathy measurement, have been evidenced. Alternative psychopathy assessment tools that exclude criminality/antisociality as diagnostic criteria are recommended.
