No puedo hablar de la juventud de Jorge porque le conocí ya adulto y el no haber sido discípulo directo suyo me impide hablar aquí de su obra más querida, los grupos multifamiliares. Me limitaré por lo tanto a esbozar unas ideas sobre su evolución como psiquiatra dinámico. Como Jorge no há podido estar presente en este congreso, me puedo permitir decir sin ruborizarle que le considero uno de los psicoanalistas que más ha aportado a la psiquiatría dinámica, corriente en la que me inscribo. En mi breve exposición, introduciré personas y conceptos en un cierto batiburrillo que me hará incurrir sin duda en imprecisiones históricas y conclusiones teóricas en exceso subjetivas que les ruego me perdonen. Es en cualquier caso la forma en que su figura y su obra se me presenta entre las más admiradas y que más han contribuido a forjar mi identidad.