En la modernidad tardía, llamada también posmodernidad, el avance de la ciencia no implica siempre el dominio de la naturaleza ni el progreso social. Ciertos comportamientos individuales se enfrentan a futuros inciertos. Coexistimos en un nuevo orden, obligados a escoger entre muchas opciones y ofertas para evitar la nada. Ello nos lleva a no percibir el peligro y a que cada sujeto deba elaborar su propia estrategia de vida. El aislamiento, las dificultades encontradas con los sentimientos hacia los demás, el frágil narcisismo y la depresión frecuente, suelen ser los resultados.