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Nydia Cappas, Marcos Reyes Estrada, Valerie Toro, Viviana Hoyos, Norma Delgado Mercado, Paulette Soto, Greduvel Durán, Angela Lozada
Las personas que viven con VIH/SIDA (PVVS) pueden experimentar mayores necesidades de salud mental en comparación con la población general. La integración de servicios de salud conductual en cuidado primario tiene el potencial de mejorar el bienestar psicológico y físico de las PVVS. La integración de estos servicios requiere atender retos fundamentales, como la necesidad de adquirir conocimiento nuevo, desarrollo de procesos administrativos, y atender asuntos de infraestructura. En este artículo describimos el Programa de Psicología de Cuidado Primario (PPCP) desarrollado en Puerto Rico con el objetivo de atender las necesidades de salud mental de las PVVS. El PPCP sigue un modelo de cuidado integrado completo que provee atención multidisciplinaria desde una orientación colaborativa enfocada en el VIH, hace uso de instrumentos específicos al VIH que informan las decisiones clínicas, y provee tratamientos basados en evidencia. Se presentan resultados preliminares de una revisión de expediente retrospectiva en donde se evidencia mejoría en CD4, carga viral y síntomas de depresión entre PVVS. El modelo de cuidado integrado de salud conductual en cuidado primario presenta el potencial de atender las complejidades en el cuidado del VIH y mejorar la calidad de vidade las PVVS en Puerto Rico.
People living with HIV/AIDS (PLWHA) are more likely to have mental health needs than the general population. Integrating behavioral health services in the primary care scenario has the potential to improve the physical and psychological well-being of PLWHA. However, this integration requires addressing fundamental issues, such as clinicians training, the development of new administrative processes, and addressing infrastructure issues. We describe the Primary Care Psychology Program (PCPP) in Puerto Rico created to address the mental health needs of PLWHA. PCPP provides care in a multidisciplinary and collaborative manner that focuses on HIV, uses behavioral measures to drive clinical decisions, and provides evidence-based treatments. In addition, the article presents preliminary findings from a retrospective chart review that evidenced improvements of CD4 counts, viral load, and depressive symptoms among PLWHA. We conclude that the primary care behavioral health model has the potential to address the complexities in HIV-care and improve the quality of life among PLWHA in Puerto Rico.
