Acceso usuarios
Alipio Sánchez Vidal
Este artículo perfila una ética de la intervención social (EIS) diferenciada de la deontología aunque relacionada con ella y también con las filosofías éticas globales con las que tiene convergencias y diferencias. La EIS es una ética social, no individual, y "aplicada" (práctica y realizable) que debe poder orientar eficazmente el comportamiento ético positivo (identificación de metas y objetivos) y negativo (resolución de problemas y conflictos) del interventor. Una ética tanto más necesaria cuanto más anómico y desregulado es el contexto social. Una ética construida con valores éticos socialmente relevantes y consecuencias reales de las acciones que difiere significativamente de la ética individual, siendo más compleja e incierta en los cuatro constituyentes éticos básicos: actores, valores, opciones y consecuencias. Se mencionan algunos temas generales y cuestiones éticas más concretas a que se enfrenta el interventor social y que florecen en situaciones de ambigüedad y conflicto respecto de los cuatro constituyentes éticos. Se describen los principios deontológicos clásicos (autonomía, beneficencia, no maleficencia, justicia social, confianza y auto-interés razonable) y algunos valores sociales -precisos para corregir el sesgo individualista de esos- útiles para orientar éticamente la acción social y la evaluación de consecuencias. Y, por último, se presenta e ilustra con un ejemplo un método para analizar las cuestiones éticas en la IS en base a la identificación y evaluación de los cuatro ingredientes citados: actores sociales y valores principales (análisis del problema); opciones de actuación y consecuencias (previsibles) de cada opción para los actores. La convergencia o divergencia de valores y consecuencias ayuda a identificar la viabilidad unitaria de la intervención y a anticipar los conflictos y problemas éticos potenciales entre actores, valores, opciones y consecuencias.
