Infligirse daño corporal sin intención suicida es un fenómeno que ha ido cobrando mayor protagonismo en los últimos años, hasta llegar a aparecer en el DSM-5, aunque en el apartado “Afecciones que necesitan más estudio”. La explicación de este fenómeno fundamentalmente protagonizado por adolescentes se ha enfocado desde modelos explicativos centrados en déficits en las estrategias de afrontamiento o en factores intrapsíquicos, interpersonales y/o socioculturales. Probablemente ninguno de estos factores puede dar cuenta por separado de la ocurrencia de las autolesiones, que aparecen intensificadas en un momento de crisis de las grandes estructuras sociales y en el que el desconcierto acerca del lugar posible destinado al adolescente en el entramado social constituye una marca de nuestra época. La implicación en grupos sociales específicos –tribus urbanas- aparece como una alternativa integradora que permite visualizar un nuevo lugar que se puede asegurar a través de las marcas corporales identitarias, sustituyendo así el valor de angustia de la autolesión.
Non-suicidal self-injury is a phenomenon which has become more prominent in recent years, to the point that it has appeared in DSM-5, although in the section “Conditions that require further study.” These phenomena, which are mainly carried out by adolescents, have been explained mainly from explanatory models focused on deficits in coping strategies or intrapsychic, interpersonal and / or sociocultural factors. Probably none of these factors can account separately for the occurrence of self-injuries, which are intensified at a time of crisis in large social structures and when confusion about the possible place for the adolescent in the social framework is a hallmark of our time. The participation in specific social groups – urban tribes – appears as an integrating alternative that makes it possible to visualise a new place which can be secured through bodily marks that provide identity, thus replacing the anguish value of self-injury.