Melinda Wenner Moyer
Los animales de granja reciben antibióticos con profusión, mucho más que las personas enfermas, por lo que podrían constituir la principal fuente de bacterias resistentes a ellos.
Los nuevos hallazgos revelan que, en las granjas, los genes que confieren la resistencia se propagan mucho más y con mayor rapidez de lo que los expertos suponían.
El sector pecuario y cárnico afirma que esos temores son exagerados, mientras que los investigadores denuncian que las empresas del sector están poniendo en peligro la salud pública.