Tras un largo período de aislamiento político y económico del resto del planeta, Birmania mantiene inalteradas numerosas áreas naturales.
A medida que se reduce el control militar, la incipiente transición del país hacia la modernidad suscita dudas acerca del futuro de sus parajes naturales.
Los conservacionistas esperan persuadir a la población local y al Gobierno para conservar la biodiversidad utilizándola como reclamo para el ecoturismo.
Sin embargo, aun en las mejores condiciones resulta difícil desarrollar con éxito un proyecto ecoturístico. Y Birmania presenta numerosos factores en contra.