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Pablo Carbajosa, Alba Catalá Miñana, Marisol Lila
Este estudio tiene por objeto la validación cruzada de la tipología de Holtzworth-Munroe y Stuart en una muestra española de maltratadores de pareja remitidos por el tribunal. También analiza la capacidad de la tipología de predecir la asistencia al tratamiento, su finalización y las recaídas a los dos años del tratamiento. La muestra constaba de 210 maltratadores derivados por un tribunal a un programa de intervención. Mediante un análisis de clústers se descubrieron tres subtipos de maltratadores, según la tipología original: maltratadores familiares únicamente, límites/disfóricos y generalmente violentos-antisociales. La tipología predijo la asistencia al programa, su finalización y las recaídas. Los maltratadores del grupo generalmente violento-antisocial asistieron a un número de sesiones significativamente menor, mostraban el mayor grado de abandono y el mayor índice de recaídas, seguidos del grupo de límites/disfóricos y de los maltratadores familiares únicamente. Dichos resultados indican que para aumentar la eficacia de los programas de intervención con maltratadores hay que tener en consideración sus diferentes necesidades y los perfiles de riesgo.
The present study aimed to cross-validate Holtzworth-Munroe and Stuart's typology in a Spanish sample of court-referred intimate partner violence batterers. The study also analyzed the typology's capability to predict treatment attendance, completion, and IPV recidivism two years after the treatment. The sample consisted of 210 batterers court referred to a batterer intervention program. Using cluster analysis, three batterer subtypes were identified in accordance with the original typology: family-only batterers, borderline/dysphoric, and generally violent-antisocial. The typology predicted program attendance, completion, and recidivism. Batterers from the generally violent-antisocial group attended a significantly lower number of sessions, presented the highest dropout levels, and had the highest recidivism rate followed by borderline/dysphoric and family-only batterers. These findings suggest that in order to increase the effectiveness of batterer intervention programs, batterers’ different needs and risk profiles should be taken into account.
