Acceso usuarios
P. G. Pérez Portilla, M.J. Merino
Es conocido a través de la experiencia clínica y de diversos estudios que los antidepresivos afectan la respuesta sexual. Se identificaron que fases de la conducta sexual fueron afectadas por los 5 fármacos antidepresivos utilizados en el estudio (clomipramina, paroxetina, venlafaxina, moclobemida, nefazodona). Se construyó un modelo predictivo para determinar qué variables (el tipo de fármaco, clínicas, sociodemográficas y de calidad de vida) podían predecir la disfunción sexual global o específica. Método: 100 pacientes ambulatorios adultos diagnosticados de episodio depresivo, según criterios CIE-10, fueron evaluados durante 4 meses tras la instauración, según criterio clínico, de uno de los 5 antidepresivos citados. Fue preciso que tuvieran vida sexual activa y que no padecieran patologías somáticas o recibieran otros fármacos que pudiesen afectar el funcionamiento sexual. Se les evaluó con la ICG (o cambios en la ICG), la MADS para depresión, el EPQ de Eysenck, el SFQ de Harrison para sexualidad y el SF-36 de calidad de vida. Resultados: Un 67% del total de los pacientes presentaban disfunción sexual en el 4.º mes de tratamiento. El 75% de los pacientes tratados con clomipramina, el 95% de los tratados con paroxetina, el 90% de los que recibieron veniafaxina, así como el 20% o el 55% de los que tomaron moclobemida o nefazodona se quejaron de disfunción sexual en el 4.º mes de seguimiento. El uso de paroxetina, veniafaxina o clomipramina, como tratamiento de la depresión, va a predecir un mayor grado de afectación orgásmica, a la inversa que en el caso de nefazodona, relacionada con una menor probabilidad de desarrollar disfunciones orgásmicas
