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Fumar durante la adolescencia representa uno de los objetivos en los esfuerzos para reducir el número de víctimas producidos por el consumo de cigarrillos en la salud pública. Se ha estimado que aproximadamente la mitad de los adolescentes que continúan fumando regularmente, morirán prematuramente de enfermedades atribuidas al tabaco. Una reducción en la prevalencia de fumar en la adolescencia puede ser esperanzador para conseguir un impacto significativo a largo plazo en el conjunto de los porcentajes de fumar y en la morbilidad y mortalidad asociada. Aunque se han llevado a cabo un número de estudios de investigación a gran escala para investigar la prevención en los jóvenes, hay sólo unas pocas investigaciones de intervención centradas específicamente en ayudar a los jóvenes a dejar de fumar. No está claro si los modelos para dejar de fumar que se utilizan con los adultos son aplicables a las intervenciones con los adolescentes para dejar el tabaco. Sin embargo, no hay razón para creer que los tratamientos eficaces farmacológicos y psicológicos en los adultos no lo serían en los jóvenes
