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Mario Orozco Guzmán
El trabajo expone el deslizamiento de la ideología desde el plano de la ilusión de sentido pleno al plano de la razón delirante. Lo cual permite dar cuenta de un posible anudamiento de los registros imaginario y real. Destaca el papel de la ideología del deber cruento bajo la cual opera la banalización del mal planteada por Hanna Arendt. La ideología que asimila a las mujeres a un sentido y alcance tajante de propiedad hace propicio e indispensable el ejercicio de la violencia. El territorio propio, la mujer propia, los hijos propios, constituyen puntos de irradiación de la ideología del dominio, fundamentalmente masculino. Aunque el complejo de Medea inscribe la ideología-certeza de la propiedad en la figura materna. Constituye las premisas de un posible desenlace violento de la ideología de la propiedad. Se trazan algunas extensiones ideológicas de un sentido de pertenencia y manejo de lo que se considera del dominio propio o propiamente un dominio. Nos permite evocar el planteamiento de Engels acerca de que la primera forma de explotación y propiedad privada se concentra en la relación del varón con su esposa. El trabajo expone estos vectores discursivos que anidan y anudan la violencia en la ideología señera de la propiedad privada.
