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Herminio Domingo Palomares
El año 1989 es uno de esos momentos en los que hemos de situar un punto de inflexión de la historia. Es el año de la caída de la Muro de Berlín y del lanzamiento de la primera World Wide Web.
Los dos acontecimientos, aunque de naturaleza distinta, actuaron sinérgicamente en la desaparición de las fronteras políticas y físicas levantadas durante la guerra fría. El mundo se transformó en la aldea global que había profetizado McLuhan al final de los años sesenta. Definitivamente llegó un tiempo nuevo. El mundo entra en una acelerada dinámica de fusión, que abrió horizontes inimaginables poco antes. Pensemos en el crecimiento exponencial, producido a partir de ese momento, de los intercambios comerciales, científicos, técnicos, y de información en todo el mundo; en la movilidad de las personas o de las inversiones, etc. Los flujos migratorios, desde entonces, se han multiplicado convirtiéndose en un rasgo estructural y global de nuestro tiempo.
Pero, si en los primeros momentos veíamos el nuevo escenario más bien lleno de oportunidades, poco después, pudimos percibir sus riesgos: la otra cara del fenómeno, la dinámica de fisión.
Nuevas amenazas para la convivencia democrática se ciernen sobre la escena mundial en forma de:
el crecimiento de las desigualdades entre ricos y pobres; la escisión de la economía del control polí- tico; la concentración del poder económico en muy pocas manos; las consecuencias de los intensos movimientos migratorios tanto para los países emisores, como para los países receptores; el cambio climático y demás amenazas medioambientales; la aparición de redes internacionales fuera de la ley.
Todo esto nos hace pensar que la educación ha de poner en marcha renovadas propuestas encaminadas a reaprender a vivir democráticamente en el nuevo escenario.
Siguiendo la tesis sostenida por Tzvetan Todorov, el ejercicio de la vida en común sólo puede hacerse desde un sentimiento de pertenencia, es decir, desde una identidad caracterizada por ser a la vez: variable (dentro de cada sociedad existen grupos con sensibilidades sociales y culturales diferentes), dinámica (se trata de una identidad con cierto grado de plasticidad y, por ello, sensible a la presión de los cambios que constantemente se producen en el entorno social, científico, técnico y comunicacional) y múltiple (esta identidad, a la manera de una muñeca matriuska, comprendería recursivamente cuatro dimensiones: la identidad social o yo social, la identidad cultural o yo cultural, la identidad cívica o yo cívico y la identidad cosmopolita o yo cosmopolita).
En este orden, cada una de estas identidades va tomando forma a lo largo de la infancia y de la adolescencia. El curriculum escolar debe estar orientado hacia el desarrollo de esta identidad variable, dinámica y múltiple. Sus contenidos deben presentarse de modo que acompañen al proceso de desarrollo social, cognitivo y afectivo del niño. Deben ser abordados, tanto transversalmente en el curriculum general, como sistematizados, en programas específicos de materias independientes, a lo largo de las tres etapas educativas: la escuela infantil, la escuela primaria y la escuela secundaria.
The year 1989 is one of these moments in which we have to place a point of inflexion of the history.
It is the year of the fall of the Wall of Berlin and of the launch of the first Web World Wide. Both events, though of different nature, they acted in the disappearance of the political and physical borders raised during the cold war. The world transformed in the global village that McLuhan had prophesied at the end of the sixties. Definitively a new time came. The world enters a dynamic burst of speed of merger, which opened unimaginable horizons little before. Let’s think about the exponential growth produced from this moment, of the commercial, scientific, technical exchanges, and of information about the whole world; in the mobility of the persons or of the investments, etc. The migratory flows, since then, have multiplied turning into a structural and global feature of our time.
But, if in the first moments we saw the new scene rather full of opportunities, little later, we could perceive his risks: another face of the phenomenon, the dynamics of fission. New threats for the democratic conviviality hover over the world scene in the shape of: the growth of the inequalities between rich and poor; the split of the economy of the political control; the concentration of the economic power in few hands; the consequences of the intense migratory movements so much for the issuing countries, since for the countries recipients; the climate change and other environmental threats; the appearance of international networks out of the law.
All that makes us think that the education has to start renewed offers directed to re-learning to live democratically in the new scene.
Following the thesis supported by Tzvetan Todorov, the exercise of the life jointly only can be done from a feeling of belonging, that is to say, from an identity characterized for being simultaneously:
variable (inside every company groups exist with social and cultural different sensibilities), dynamics (it is a question of an identity with certain degree of plasticity and, for this reason, sensitively to the pressure of the changes that constant they take place in the social, scientific, technical and communication environment) and multiply (this identity, like a wrist matriuska, would understand four dimensions: the social identity, the cultural identity, the civic identity and the cosmopolitan identity).
In this order, each of these identities is taking form along the infancy and the adolescence. The school curriculum must be orientated towards the development of this variable, dynamic and multiple identity. His contents must appear so that they accompany to the process of social, cognitive and affective development of the child. They must be approached, so much transversely in the general curriculum, since systematized, in specific programs of independent matters, along three educational stages: the infantile school, the primary school and the secondary school.
