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Tyrone Kirchengast
Ante las demandas de una mejor integración de las víctimas en los sistemas de justicia penal, han surgido una serie de programas y experiencias piloto innovadoras que tratan de cambiar el papel desempeñado por ellas. Sin embargo, con esta política se tiende a apartar a las víctimas del delito del proceso penal dirigiéndolas hacia otras vías alternativas de justicia. Mientras que la innovación se puede encontrar en la periferia del derecho y la justicia penales, a través de la justicia restaurativa, los programas de resolución de problemas y de intervención que complementan o se desarrollan junto con los procesos judiciales ordinarios, el siglo XXI ha sido testigo de la aparición de los derechos y poderes de las víctimas que afectan, de forma más directa, al proceso judicial. Este artículo explora la aparición de los derechos, exigibles por las víctimas de delitos, que inciden en los procesos judiciales de carácter acusatorio. Para ello se tienen en cuenta las nuevas prerrogativas de las víctimas respecto de las decisiones previas al juicio, durante el juicio y en la imposición y cumplimiento de la sanción, además de poderes considerables más allá de las fases judiciales.
