P. Sobrino García, A. García Pastor, Amaya García Arratibel, R. Domínguez Rubio, P. M. Rodríguez Cruz, A. M. Iglesias Mohedano, F. Díaz Otero, P. Vázquez Alén, Y. Fernández Bullido, J. A. Villanueva Osorio, Antonio Gil Núñez
Objetivo. Describir la información aportada por el dúplex color transcraneal (DCTC) en pacientes con ictus isquémico agudo, analizando la relación entre los hallazgos del DCTC, la gravedad y el pronóstico, así como su utilidad en la toma de decisiones terapéuticas. Pacientes y métodos. Analizamos los DCTC realizados a pacientes con ictus agudo de menos de seis horas de evolución. Recogimos la existencia de oclusión arterial empleando las clasificaciones TIBI (Thrombolysis in Brain Ischemia) y COGIF (Consensus on Grading Intracranial Flow Obstruction). Determinamos la recanalización arterial a las 24 horas del ictus empleando criterios TIBI y COGIF. Consideramos buena evolución funcional puntuaciones en la escala de Rankin de 0 a 2 a los tres meses. Resultados. Realizamos DCTC en 104 pacientes, 85 tratados con trombólisis intravenosa. Objetivamos oclusión arterial en el 79,8%. La detección de una oclusión arterial mediante DCTC permitió indicar tratamiento endovascular en el 23,1% de los pacientes. La presencia de oclusión arterial se asoció a mayor gravedad del ictus. Detectamos recanalización arterial en el 44,1% según los criterios TIBI y en el 45,8% según los criterios COGIF. El 80,8% de los pacientes que recanalizaron y sólo el 39,5% de los que no recanalizaron obtuvieron una buena evolución funcional a los tres meses. La recanalización dependió de la localización de la oclusión arterial. Conclusiones. El DCTC es útil para detección y localización de oclusión arterial, aporta información pronóstica valiosa y permite seleccionar pacientes para el empleo de terapias endovasculares. La información aportada por las clasificaciones TIBI y COGIF es equiparable.