María Elena Garassini Chávez
La resiliencia como capacidad para superar las adversidades e incluso aprender y salir “fortalecido” de ellas se ha convertido, en la última década, en el foco de múltiples estudios a lo largo del ciclo vital y en diferentes culturas. Por otra parte, la enfermedad oncológica se presenta a nivel mundial en un alto porcentaje de la población requiriéndose del trabajo del equipo de salud y entre ellos los psicólogos para su afrontamiento por parte del enfermo y sus familiares. Los autores citados a los largo de este artículo hacen referencia a la importancia del desarrollo de la resiliencia a nivel personal, familiar y cultural iniciándose la misma con la presencia de relaciones de confianza, el cultivo de las emociones positivas, la aceptación de los diferentes ciclos de la vida y la creencia en un mundo justo. Estos factores de promoción de la resiliencia son los amortiguadores que permitirán la vivencia de la enfermedad oncológica e incluso la muerte y el duelo como oportunidades de generar procesos reflexivos y de aprendizajes personales y familiares.
Resilience like ability to overcome adversity and even learn and get out “strengthened” them has become, in the last decade, the focus of many studies throughout the life cycle and in different cultures. On the other hand, oncological disease was introduced globally in a high percentage of the population requiring labor and health team including psychologists for coping on the part of the patient and their family members. The authors cited in the course of this article refer to the importance of developing resilience at the personal, family and cultural level, started with the presence of trust relationships, cultivating positive emotions, the acceptance of different cycles of life and belief in a just world. These promoting resilience factors are the springs that allow the experience of oncological disease and even death and mourning as opportunities to generate personal and familiar learning.