La revolución de los macrodatos está ejerciendo un profundo cambio sobre nuestras sociedades. Los Gobiernos y un pequeño número de corporaciones controlan una ingente cantidad de información, pero el uso que hacen de ella no siempre es transparente.
Las búsquedas y las sugerencias personalizadas pueden emplearse para influir de manera inconsciente en el comportamiento del individuo, lo que las convierte en una poderosa herramienta de control social. Las primeras muestras de ello ya pueden observarse en China y en Singapur.
Nos encontramos en un momento histórico: la nueva sociedad de la información puede derivar hacia una "democracia 2.0", pero también hacia un "feudalismo 2.0". Para evitarlo, urge tomar varias medidas destinadas a asegurar las libertades civiles en la era digital.