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El hombre moderno va conquistando el mundo material, pero se ha olvidado muchas veces de sí mismo. Podemos dividir a los hombres en dos grupos: unos se inclinan al exterior, a los objetos del mundo material; otros a su alma y al mundo ideal, más próximo del alma. Por eso, desde los tiempos antiguos tenemos, una al lado de la otra, las dos corrientes fundamentales del pensar: una - dirigida a la materia, otra, dirigida al alma. Pero, en los últimos tiempos va predominando la corriente que se preocupa más por el mundo exterior y se olvida del interior; y el olvido de sí mismo es muchas veces la raíz de todas las crisis morales y espirituales.
