Que viva la música es una novela de canciones y de postales urbanas, escrita con la lógica de la publicidad o de la propaganda, en una fiesta sin fin vista a través de una joven heroína. Es necesario entender entonces qué es una canción, pese a que creamos que es lo más sabido, y qué es una postal, qué son la publicidad y la propaganda, qué es una fiesta interminable y qué significa escribir sobre una alocada ciudad con el registro de una persona joven, que además figura como la heroína. Estos conceptos se entrelazan en la trama del mundo actual.