José Celestino Mutis
Excelentísimo señor. Obedeciendo el superior orden de vuestra excelencia, en que me manda exponer mi dictamen sobre el aguardiente de caña y que, instruido de la materia y modo de su composición, declare si bebido con la debida moderación, sea útil o dañoso a la salud y también si la aplicación que del aguardiente de caña se hace en este Reino a diversos fines, corresponde a los saludables efectos y apropiados usos que hicieran no sólo tolerable sino también necesaria la inmemorial introducción del aguardiente de uva por todos los reinos de Europa. Debo manifestar a vuestra excelencia, con toda aquella claridad y distinción de ideas que pide tan serio examen, el juicio cierto que acerca de este licor deba formarse.