La investigación en psicoterapia obtiene un impulso decisivo y transformador a mediados del siglo XX debido a la aparición de instituciones nacionales e internacionales que deben responder a la demanda de millones de heridos militares y civiles producto de la guerra, velar por la salud mental de la población y reorganizar sus sistemas nacionales de salud. En este sentido, la psicoterapia adquirió una mayor relevancia para los Estados y debió integrar criterios poblacionales y criterios de efectividad a sus procedimientos de investigación, en tanto debía ser implementada en grandes cantidades de habitantes y producir resultados comprobables de recuperación en los pacientes, a la vez que debía propiciar herramientas para evitar que las personas adquieran afecciones psíquicas. Dicho contexto determina la incorporación, por un lado, de los parámetros estadísticos a la investigación en psicoterapias, en contraposición al habitual estudio detallado de casos clínicos individuales, con el objetivo de poder obtener datos de grandes poblaciones y organizar recursos materiales y humanos y, por otro lado, enfatizar la importancia de un entrenamiento adecuado para psicólogos y psiquiatras a fin de optimizar la respuesta terapéutica de éstos. Es frente a dichas necesidades que la investigación sobre las psicoterapias se hace relevante y adquiere características que en la actualidad se mantienen.