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Javier Martín Babarro
Antecedentes: la evaluación del acoso escolar requiere tanto de un análisis de los principales perfiles involucrados como del contexto social en el que se produce. Considerando ambos aspectos, este estudio desarrolla una escala en la que además de la información individual, se incorpora una representación de la estructura grupal del aula. Método: una amplia muestra compuesta por 11.561 estudiantes (edad media = 11,12, chicas = 49,2%) de 108 centros educativos completaron la escala Sociescuela a través de heteroinforme. Se analizaron la estructura interna y la fiabilidad de la escala, así como las redes sociales del grupo. Resultados: el análisis factorial distinguió cinco factores: Prosocialidad, Retraimiento, Agresividad, Victimización y Aceptación. Los chicos mostraron un mayor nivel de victimización y de agresividad. Los resultados obtenidos permiten: (1) evaluar una serie de perfiles individuales asociados a la participación en el acoso escolar, así como su estatus sociométrico, y (2) situarlos en un mapa social de cada clase. Conclusiones: los análisis sugieren que la escala es fiable y válida para ser utilizada en la detección del acoso escolar. Su carácter aplicado facilita el diseño de intervenciones en los centros educativos.
Background: The assessment of bullying requires an analysis both of the main profiles involved in this phenomenon and of the social context in which it occurs. By considering both aspects, this study develops a scale that, in addition to individual information, incorporates a representation of the group structure of the classroom. Method: A large sample composed of 11,561 students (mean age = 11.12 years, girls = 49.2%) from 108 schools completed the Sociescuela Scale by peer reports. An analysis of the internal structure and reliability of the scale was performed, as well as of the students' social networks. Results: Factor analysis yielded five factors: Victimization, Acceptance, Prosociality, Withdrawal, and Aggressiveness. Boys showed more victimization and aggressiveness than girls. The results obtained enable us to: (a) evaluate a series of individual profiles associated with involvement in bullying and their sociometric status, and (b) position them on a social map of each classroom. Conclusions: The data suggested that the scale is reliable and valid for use in the detection of bullying and its applied nature facilitates the design of school interventions.
