M. A. Pérez Jiménez, Concepción Fournier del Castillo, M. García Fernández, M.M. Santiago
Las principales utilidades de la monitorización videoelectroencefalográfica (video-EEG) son clasificar adecuadamente el tipo de crisis epiléptica y de síndrome epiléptico, identificar crisis menores, localizar la zona epileptógena y diferenciar las crisis epilépticas de las manifestaciones paroxísticas no epilépticas (MPNE). En el lactante y el niño en edad preescolar, las crisis epilépticas se expresan con signos clínicos diferentes a los del niño más mayor, predominan las crisis con signos motores bilaterales, como espasmos epilépticos, crisis tónicas y mioclonías, y las crisis con interrupción de la actividad o crisis hipomotoras, y no se observan automatismos prominentes. En niños con epilepsias focales, a menudo existe una superposición de signos focales y generalizados, tanto clínicos como en el EEG. Las MPNE pueden corresponder a trastornos benignos y transitorios o ser síntomas episódicos de diferentes trastornos neurológicos o psicopatológicos. A menudo, las MPNE se observan en niños con retraso mental, afectación neurológica o trastornos del espectro autista, que presentan crisis epilépticas y anomalías epileptiformes en el EEG basal, y es entonces necesario determinar los episodios que corresponden a crisis epilépticas y los que no. Las MPNE que con mayor frecuencia se registran en el video-EEG en lactantes y niños en edad preescolar son las contracciones motoras bruscas inesperadas (�espasmos�), los ensimismamientos, las estereotipias motoras y los trastornos paroxísticos del sueño.