Introducción. En las primeras etapas evolutivas, los niños adquieren destrezas y conocimientos que constituyen la base sobre la que podrán llevar a cabo aprendizajes escolares como la lectura, la escritura y las matemáticas. La presencia de dificultades de aprendizaje en la etapa infantil puede afectar al desarrollo de estas habilidades académicas en el período de la escolarización obligatoria. Desarrollo. Ya en los primeros años hay niños que manifiestan dificultades para el aprendizaje. Las dificultades tempranas de aprendizaje hacen referencia de manera específica a aquellas que se dan en el período comprendido entre el nacimiento y los seis años, y que limitan las posibilidades de alcanzar las destrezas y los conocimientos propios de la etapa infantil. Se correlacionan con dificultades ligadas a la cognición, a los procesos de la atención, la percepción y la memoria, a las habilidades lingüísticas de carácter comprensivo y expresivo, y al procesamiento visuoespacial. En su etiología se pueden encontrar factores neuropsicológicos, de los propios procesos de aprendizaje, sociales y culturales. El diagnóstico precoz se realizará siguiendo un modelo interdisciplinar mediante escalas de desarrollo, pruebas psicométricas y seguimiento neuroevolutivo. La intervención se llevará a cabo en el ámbito médico, social, educativo y familiar, y se incidirá sobre los aspectos que propicien la maduración, el desarrollo y los aprendizajes curriculares. Conclusión. La nueva coyuntura socioeducativa hace necesario atender las dificultades tempranas de aprendizaje en la educación infantil. La prevención y la atención temprana ofrecen criterios y estrategias para abordarlas adecuadamente.