Máximo Carlos Etchepareborda Simonini
Introducción. La estructura citoarquitectonica del lóbulo temporal y las conexiones intralobares temporales y extralobares, así como la competencia bihemsiférica son necesarias para la habilitación de procesos del habla y del lenguaje. Existen áreas cerebrales bien diferenciadas en cuanto a su estructura primaria (celularidad) y a la complejidad de las conexiones. Por ejemplo, la pars opercularis y la pars triangularis de la circunvolución frontal inferior izquierda son esenciales para la producción y comprensión del habla humana. Desarrollo. Se reconocen tres líneas citoarquitectónicas paralelas del lóbulo temporal las que a su vez presentan cuatro subdivisiones diferentes en sentido rostrocaudal: a) La root-line ocupa la localización periinsular (contiene fisiológicamente el área auditiva secundaria AAII y posee fuertes conexiones con el núcleo suprageniculado y la porción magnocelular del núcleo geniculado medial); b) La core-line ocupa la localización medial entre las otras dos líneas citoarquitectónicas (contiene fisiológicamente el área auditiva primaria AAI y posee fuertes conexiones con la porción parvocelular del núcleo geniculado medial y pocas conexiones con los núcleos suprageniculado y pulvinar); y c) La belt-line ocupa la localización externa de la circunvolución temporal superior (contiene fisiológicamente el área auditiva terciaria AAIII y tiene su principal aferencia y eferencia con los núcleos pulvinar, mediodorsal e intralaminares del tálamo). Conclusión. Las conexiones asociativas del lóbulo frontal están dirigidas a áreas asociativas posrolándicas y límbicas. Las estructuras paralímbica y límbica desempeñan un papel en relacionar la información sensorial con los estados emocional y motivacional.