Xavier Jeremías
Los insectos sociables viven en un sistema organizado en comunidades jerarquizadas, constituyendo en sí un éxito evolutivo en el conjunto de las asociaciones biológicas existentes. Por la distribución del trabajo, reparto de funciones, y desarrollo de un complejo sistema comunicativo, han establecido formas de vida asociativas muy complejas. Su funcionamiento es como si de un súper-organismo se tratase, en el cual la individualidad de los integrantes de la colonia no se contempla, sacrificándose todo en beneficio de la comunidad. Estructuralmente su sistema nervioso no es ajeno a estos fenómenos, diferenciándose del esquema general común de otras especies de insectos más primitivos. Se comentan algunas particularidades anatómicas de su cerebro, métodos de intercomunicación, y estrategias biológicas para su adaptación al medio, etología y supervivencia.