La pandemia VIH/SIDA se ha convertido en una "enfermedad moral" o "social" que ha convulsionado el modelo occidental de convivencia, quebrantando el sentimiento de confianza en las relaciones interpersonales.
El SIDA no es sólo un problema de salud pública; se ha convertido en un problema de la sociedad. "Ninguna enfermedad, en la época contemporánea, nos ha impulsado tanto a interrogarnos sobre nuestra identidad, nuestros valores, nuestro sentido de la tolerancia y de la responsabilidad..." (Luc Montagnier).
La infección por VIH ha determinado que se produzca una estrecha interrelación entre los aspectos epidemiológicos, clínicos, psicológicos, sociales y legales, poniendo al descubierto la carencia de medios para detener la enfermedad y dar solución a los múltiples problemas que de ella se derivan.
A escala mundial el problema jurídico estriba en conciliar las medidas epidemiológicas con los derechos humanos evitando cualquier tipo de discriminación.