Las grandes corporaciones solían mediar entre las ideas gestadas en el laboratorio y el mercado. En el futuro esa tarea recaerá en alianzas de Gobiernos, empresas y universidades (pág. 60).
Para lograr que distintos Estados e instituciones colaboren con eficacia para generar técnicas novedosas, es necesario establecer nuevas normas (pág. 62).
China es, en cuanto a innovación, la estrella en alza. Pero al mirar más de cerca, se observa que gran parte del trabajo se realiza en laboratorios de corporaciones multinacionales que operan en suelo chino (pág. 64).
Aunque los distintos países difieren en cuanto a producción tecnológica, resulta posible comparar su eficiencia en la explotación de la investigación científica (pág. 66).
México presenta dificultades para traducir su trepidante capacidad científica en técnicas de interés comercial. Su Gobierno actual está intentando cambiar la situación, en parte incentivando el retorno al país de científicos expatriados (pág. 68).