Heather Pringle
Los humanos viven durante mucho más tiempo que otros primates, un hecho que tradicionalmente se ha atribuido a la medicina moderna, la disponibilidad de alimentos y los sistemas de higiene.
Pero nuevos estudios señalan que, aunque estos factores han contribuido a aumentar la esperanza de vida en los últimos 200 años, tal tendencia empezó mucho antes.
Cuando nuestros ancestros empezaron a comer más carne, desarrollaron defensas contra los patógenos acompañantes. Estas contribuyeron a aumentar la longevidad, pero también fomentaron la aparición de enfermedades en las etapas finales de la vida