V. Camps
El artículo parte de los avances realizados por la neurociencia en el intento de responder a la pregunta sobre el origen y fundamento de los juicios morales así como del comportamiento humano de acuerdo con ellos. Se constata la importancia que tiene para la filosofía la concepción del cerebro como algo dinámico y adaptable al entorno social y cultural. Al mismo tiempo, se pone de manifiesto la complejidad de las cuestiones éticas irreductible a observaciones estrictamente neuronales. Aun así, es conveniente que científicos y filósofos se encuentren y se comuniquen con el fin de plantear con mayor rigor sus preguntas y aprovecharse mutuamente de los conocimientos respectivos.