Acceso usuarios
Este trabajo presenta información socio-demográfica y epidemiológica en el planeamiento de servicios de salud mental chilena, que se compara con otros países latinoamericanos, en relación a la importancia del rol que este acopio de información ha jugado en el Plan Nacional de Salud Mental de Chile. Dadas las características generales del país (población infanto-juvenil decreciente y aumento en el número de adultos mayores) y un gasto proporcionalmente pequeño en programas de salud mental, este Plan Nacional ha privilegiado la atención ambulatoria, cercana a las comunidades de usuarios. Los datos epidemiológicos ilustran que los trastornos depresivos, ansiosos y por alcohol/abuso de sustancias químicas son los que presentan mayor prevalencia. Esto ha promovido la necesidad de elaborar una formulación de Garantías Explícitas en Salud para la atención de los trastornos depresivos y por adicciones. Por otra parte, se ha cubierto la atención de la Esquizofrenia de primer brote, ya que dada la gravedad del cuadro requiere del diagnóstico precoz para su tratamiento efectivo. Es asimismo importante la medición sistemática del impacto de los tratamientos formulados. Para ello se presentan datos de la aplicación de un instrumento de evaluación de resultados (el OQ 45.2 de Lambert y cols. en su versión adaptada para Chile de De la Parra, Von Bergen y Del Río (2002)) en un servicio de psiquiatría de corta estadía en un hospital público de la Región Metropolitana de Santiago de Chile. Los principales hallazgos de esta aplicación son las importantes tasas de abandono del tratamiento de los consultantes. Por otra parte, aquellos que completan los tratamientos, presentan mejorías significativas, tanto cuando reciben tratamiento psiquiátricos generales como especialmente intervenciones psicoterapéuticas. Se revisa asimismo el recurso material en términos del número de camas psiquiátricas (que son pocas y concentradas en establecimientos especializados) y el recurso humano en salud mental, mostrando que hay mayor cantidad de psicólogos por habitante, seguido por los psiquiatras, con una carencia marcada de neurólogos, enfermeras y trabajadores sociales especializados. Se concluye revisando los avances del Programa Nacional desde su formulación en 1998 hasta la fecha.
