Los trastornos alimentarios, al igual que otras entidades clínicas, obedecen a una multiplicidad de factores, biológicos, psicológicos y sociales, y asumen presentaciones diversas, tanto en cuanto a su severidad como al perfil que adopta el conjunto de síntomas, rasgos, patrones de procesamiento cognitivo y de vinculación con otros significativos. Las modalidades de intervención con mejores resultados son aquellas que reflejan esta complejidad y focalizan desde las primeras intervenciones la multiplicidad de los factores involucrados. Este trabajo tiene como objetivo revisar el rol de la familia en la conformación de los procesos psicopatológicos, a nivel de la vulnerabilidad para desarrollar el trastorno y en su mantenimiento en el tiempo y, también, describir los modos de participación de la familia en el tratamiento multinivel.