José Ramón Valdizán Usón, D. Rodríguez Mena, Mauricio Díaz Sardi
Introducción. En el trastorno del lenguaje expresivo (TLE), el niño no puede plasmar su pensamiento en palabras. Se presenta comorbilidad con dificultades en la repetición, imitación o nominación. No se dan problemas con la pronunciación, como ocurre en el trastorno fonológico, puede presentarse antes de los 3 años y es clave entre 4 y 7 años. El electroencefalograma (EEG) se ha venido practicando no sólo en el TLE, sino también en cuadros donde el trastorno del lenguaje era el síntoma principal o asociado a otra patología del neurodesarrollo. Pacientes y métodos. Estudio retrospectivo con revisión de 100 historias clínicas, con pacientes (25 niñas y 75 niños) en edades entre 2 y 6 años, a los cuales se les diagnosticó TLE (según el Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales, cuarta edición, texto revisado), libres de crisis convulsivas y sin tratamiento. Se les realizó EEG y recibieron tratamiento con ácido valproico, si aquél era positivo. Resultados. Sólo 6 pacientes (varones) presentaron en el EEG actividad paroxística de punta-onda localizada en la región frontotemporal. Este 6% es un porcentaje superior al encontrado en la población infantil normal (2%), pero inferior al señalado en la bibliografía para trastornos del lenguaje, que oscila entre el 20 y el 50%. Éstos mejoraron el lenguaje expresivo y el EEG en respuesta positiva al tratamiento. Conclusiones. Posiblemente en el TLE sin paroxismos puede existir una disfunción del circuito córtex motor-neoestriado previo al aprendizaje gramatical, mientras que con paroxismos señala una hiperactividad neuronal, asociada o no a dicha disfunción, de zonas corticales. En nuestros casos el ácido valproico, junto con la intervención logopédica, contribuyó a la recuperación del lenguaje.