C. Varela Hall, Ana Martínez, L. Halty, J.M. Santos, Tomás Ortiz Alonso
Introducción. Diversos estudios han resaltado las diferencias y similitudes en el procesamiento de las lenguas maternas y las aprendidas con posterioridad. Se han encontrado diferencias anatómicas y funcionales que indican cómo el bilingüismo permite ejercitar unas habilidades ejecutivas fundamentales en nuestra vida diaria y dependientes del lóbulo frontal. Objetivo. Estudiar las diferencias cerebrales, medidas neurofisiológicamente en niños en edad escolar, en el procesamiento de lenguas conocidas y no conocidas. Sujetos y métodos. Se realizaron mediciones de reconocimiento de palabras en varios idiomas, conocidos y no conocidos (específicamente español, inglés, portugués y chino mandarín), así como de sus correlatos en potenciales evocados, a niños de 10 años. Resultados. La lengua materna (en este caso el español) se asocia con latencias más cortas en los potenciales evocados y una mayor actividad tanto en componentes tempranos (N200) como en tardíos (N400) de áreas temporales, señalando una relación entre el grado de práctica y la velocidad de procesamiento del idioma, así como una consolidación de la información lingüística. En las lenguas menos conocidas existe una mayor latencia y una mayor implicación de estructuras cerebrales posteriores extratemporales y una diferente lateralización, probablemente debido a un mayor esfuerzo en su integración, sobre todo en el procesamiento tardío de la información lingüística, lo que, en su conjunto, refleja un claro efecto de la neuroplasticidad generada asociada a la práctica, ya que se crean unas redes neuronales más estables y eficientes tras ser entrenadas durante mucho tiempo, a diferencia de aquéllas que han sido poco estimuladas. Conclusión. Asimismo, se detecta, en la organización cerebral del mandarín, una mayor implicación bilateral de áreas posteriores temporoparietales con predomino derecho.