La mediación no ha ocupado tradicionalmente el lugar que merece en el plano internacional a pesar de estar inserta en los objetivos fijados por la Carta de Naciones Unidas, en el ethos de la Unión Europea y en la razón de ser de la diplomacia.
No obstante, en los últimos años tanto Naciones Unidas (a través de la Unidad de Apoyo a la Mediación y el Grupo de Amigos de la Mediación, del que forma parte España) como la Unión Europea (con el Programa de Gotemburgo) han desarrollado sólidas capacidades en el ámbito de la mediación y es previsible que continúen haciéndolo en los próximos años. Los mediadores profesionales pueden contribuir con su pericia a este impulso internacional de la mediación, ya que es un momento idóneo para ello.