Objetivo. Demostrar la utilidad de la tomografía por emisión de positrones (PET) como predictor de la discapacidad a largo plazo tras un traumatismo craneoencefálico (TCE). Pacientes y métodos. Se evaluó neuropsicológica y funcionalmente a 56 pacientes que habían sufrido un TCE grave al inicio y aproximadamente seis meses después de su inclusión en un programa de rehabilitación multidisciplinar. A todos los pacientes se les realizó una tomografía por emisión de positrones con fluordeoxiglucosa al inicio del tratamiento. De forma ciega, se determinó la presencia o ausencia de alteraciones en cuatro áreas corticales y tres subcorticales, y se determinaron tres índices cualitativos de metabolismo cerebral (cortical, subcortical y total). Los índices de metabolismo se correlacionaron con las variables relacionadas con la gravedad del traumatismo, y con la situación cognitiva y funcional de los pacientes en el momento de realizar la PET y al finalizar el programa de rehabilitación. Resultados. Todos los pacientes mostraron alteraciones en el metabolismo cerebral, y el tálamo fue el área más frecuentemente afectada. La intensidad del hipometabolismo cerebral se correlacionó significativamente con la gravedad del TCE y con la alteración cognitiva y funcional tanto al inicio como al final del tratamiento. Conclusiones. Las técnicas de neuroimagen funcional presentan una excelente sensibilidad para detectar alteraciones tras un TCE, además de ofrecer una buena correlación anatomoclínica. No obstante, las variables relacionadas con la gravedad del TCE, siguen siendo las mejores predictoras de la discapacidad resultante tras un TCE.